La crianza amorosa y positiva no tiene como objetivo eliminar las conductas difíciles en el momento, sino comprender las razones que llevaron a la aparición de esas conductas retadoras para intervenirlas desde las motivaciones, razones y necesidades, y no solo taparlas. La diferencia entre usar castigos para la eliminación de las conductas o usar otras estrategias positivas para su resolución está en que los castigos se centran en el corto plazo, en el factor molesto y en las necesidades de los adultos, mientras que las estrategias de crianza positiva se centran en el desarrollo de habilidades a largo plazo y en las necesidades de desarrollo de las niñas, niños y adolescentes. Por esto cuando se usan castigos hay que aumentarlos cada vez más para parar la misma conducta (“ya ni le duele”), mientras que de la otra forma hay más probabilidad de que esa conducta retadora vaya desapareciendo poco a poco a medida que aprende nuevas habilidades.