¿Cómo criar sin malcriar? 10 puntos para ser efectivos y amorosos

 

 

 

Para convertirnos en las madres, padres y cuidadores de niñas, niños y adolescentes felices, sanos y exitosos debemos poner en práctica los siguientes aspectos de la crianza amorosa:

image

1
Ser líderes democráticos

Haz clic image

Ser líderes democráticos que se enfocan en la inspiración, no en la dominancia, y logran la cooperación mezclando el control, la participación y el afecto. La crianza amorosa es el llamado para ser las madres, padres y cuidadores que saben lo que quieren, que lo logran con una base firme (valores) y una forma amable, amorosa, respetuosa y afectuosa (siendo ejemplo y cuidando la relación y el vínculo)

Los valores religiosos, morales, éticos, etc., deben ser seguidos por todos, pues se aprenden a partir de la imitación. Por ejemplo: respetarnos sin gritarnos ni golpearnos, comer en familia, colaborar en la casa, no mentirnos, ir a la iglesia, rezar todas las noches, etc. son algunos valores. ¿Qué otros valores no son negociables y enseñas con tu ejemplo?

2 Tener claras las metas y valores que quiero transmitir y enseñar

imageHaz clic

3 Tener un vínculo seguro y una relación fuerte

Haz clic image

Tener una relación fuerte y un vínculo seguro. Una crianza efectiva comienza por la creación de un ambiente seguro, amoroso y protector, lo que se logra con muestras de afecto físicas y verbales, contacto visual, estar presente, compartir tiempo de calidad y actividades, donde tanto adultos como niñas, niños y adolescentes disfrutan estando juntos. Las niñas, los niños y adolescentes deben sentir que son importantes y hacen parte de una familia donde son tenidos en cuenta, son escuchados y respetados.

Conocer las características del mundo infantil y adolescente. Las madres, padres y cuidadores debemos conocer las necesidades de cada momento del desarrollo de nuestras hijas e hijos para poder satisfacerlas, tener expectativas realistas y promover sus fortalezas. Debemos evitar las comparaciones, conocer las particularidades de cada una de nuestras hijas e hijos y, a medida que crezcan, entender los nuevos cambios y necesidades para adaptarnos y crecer con ellas y ellos.

Así mismo, entender que hay muchas formas de comprender e interactuar con el mundo físico, hay muchos tipos de pensamientos, de inteligencias y de aprendizajes que nos invitan a explorar muchas más posibilidades para la crianza de cada una de nuestras hijas e hijos.

4 Conocer las necesidades de desarrollo de la infancia y la adolescencia en general, y las características individuales de cada niña o niño en particular.

imageHaz clic

5 Ser adultos sensibles y estimulantes

Haz clic image

Muchas veces se nos olvida que primero hay que enseñar nuevas habilidades antes de pedirles a las niñas, niños y adolescentes que hagan ciertas cosas. Recordemos que las habilidades socioemocionales como compartir, pedir, esperar turnos, controlar los impulsos, etc., también deben enseñarse y practicarse. Los adultos que más promueven el desarrollo infantil y adolescente son sensibles y estimulantes y se enfocan en desarrollar habilidades a corto, mediano y largo plazo. Esto implica tiempo, conocimiento, dejar actuar, dejar practicar y permitir los errores como parte del aprendizaje.

Tener habilidades de comunicación La comunicación es fundamental porque es el canal por el que llegamos a impactar a los demás. Más del 90 % de la comunicación no está en las palabras, sino en el lenguaje no verbal y el tono. Para ser madres, padres y cuidadores inspiradores debemos tener buenas habilidades para escuchar, dar instrucciones y preguntar, y poder lograr así la cooperación de nuestras hijas e hijos y una respuesta positiva por la influencia y el ejemplo.

6 Tener habilidades de comunicación

imageHaz clic

7
Motivar conductas positivas

Haz clic image

Primero la prevención antes de la corrección. Las madres, padres y cuidadores deben estar más enfocados en promover conductas positivas y apropiadas que en estar eliminando las conductas difíciles. La promoción de las conductas adecuadas comienza por la organización del ambiente familiar el establecimiento de límites, acuerdos, rutinas, tareas y horarios, siempre de manera participativa. Cuando la familia se organiza y define unos acuerdos claros y justos, las niñas, los niños y adolescentes se muestran mucho más colaboradores y responsables de sus acciones. Además, los adultos que alientan este tipo de conductas positivas previenen en mayor medida la aparición de conductas retadoras a las que pueden recurrir sus hijas o hijos para llamar la atención y sentirse importantes.

Tener herramientas de disciplina positiva para manejar la conducta difícil. A pesar de todos los esfuerzos, el desarrollo infantil y adolescente trae muchos retos para las madres, padres y cuidadores y el conflicto es algo inherente a todas las relaciones humanas. No es posible eliminar los conflictos de las familias, pero sí se pueden reducir y darles un manejo positivo que permita afrontarlos y resolverlos de la mejor manera para todos los miembros. Algunas acciones como castigar y premiar pueden acabar los problemas en el momento, pero generan más dificultades a largo plazo. Por lo tanto, los adultos debemos contar con estrategias de manejo disciplinario positivo para gestionar los conflictos y convertir esos retos en habilidades para la vida a largo plazo.

8 Tener herramientas de disciplina positiva para el manejo de la conducta infantil y adolescente

imageHaz clic

9
Tener estrategias de autocontrol y autocuidado

Haz clic image

La primera información que entra a nuestro cerebro es procesada por la parte emocional y por esto muchas veces reaccionamos de manera impulsiva e indeseada, sin pensar. Para la práctica de la crianza amorosa tenemos que aumentar nuestra autorregulación, es decir, poder controlar los impulsos y emociones inmediatas y esperar unos segundos para tomar decisiones racionales que beneficien a todos los miembros de la familia. Para lograr el autocontrol hay que empezar por el autocuidado. La crianza es demandante y estresante y las prácticas de autocuidado nos permiten disminuir el estrés y estar más tranquilos y preparados para cuando aparezcan esas conductas retadoras de nuestras hijas e hijos. El autocuidado nos permite tener más energía física, mental y espiritual para enfrentar los retos de la crianza.

Todo lo anterior no se logra de la noche a la mañana y nunca se llega a la perfección. Aunque las madres, padres y cuidadores que practican una crianza amorosa y positiva no son perfectos y son seres humanos, su práctica de crianza se hace de una manera consciente y con mentalidad de crecimiento y aprendizaje continuo. Saben que van a cometer muchos errores, pero siempre tienen un faro que los guía y un norte claro.

Una crianza consciente también se pregunta por cómo fue nuestra propia crianza. Hay que tener en cuenta que la forma como fuimos criados queda grabada en la memoria emocional de nuestro cerebro y aparece de manera automática en muchas situaciones, especialmente en momentos de crisis y estrés, con lo que podemos terminar haciendo cosas que habíamos prometido no repetir y no podamos llevar a cabo un acompañamiento maduro y adecuado con nuestras hijas e hijos tal y como lo queríamos. Debemos partir de la autoobservación y la revisión de nuestro estilo de crianza para manejar conscientemente nuestras propias emociones y acciones y pasar de la reacción automática a la práctica de una crianza más consciente y amorosa.

10 Tener una mentalidad de aprendizaje continuo y autoobservación

imageHaz clic
Para las madres, padres y cuidadores amorosos la crianza es un viaje lleno de sorpresas, y sus errores y los de sus hijas e hijos se ven como buenas oportunidades de aprendizaje para crecer y evolucionar como familia. Además, ¿quién quiere a la hija o al hijo perfecto?, ¿quién quiere a la madre, padre y cuidador perfecto?
image