A mí me educaron con golpes y no me pasó nada. ¿Por qué ahora no lo recomiendan?

Luego de décadas de investigaciones sobre las crianzas y sus efectos se han encontrado consecuencias negativas del castigo físico y los golpes como método de enseñanza para el desarrollo y la salud mental de las personas.

El castigo físico tiene efectos negativos en el corto, en el mediano y en el largo plazo.

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En el corto plazo:

El castigo físico causa dolor y heridas en la niña, niño o adolescente. Además, afecta de manera inmediata la relación vincular de la niña, niño o adolescente con su cuidador, puesto que la persona que se supone que lo cuida y brinda seguridad, por el contrario, es quien lo está lastimando.

En el mediano plazo:

Hay mayor probabilidad de presentar problemas en el desarrollo intelectual y bajo desempeño académico porque puede afectar el área de memoria del cerebro, problemas de regulación emocional, problemas de agresión, ansiedad, baja autoestima, fallas en el desarrollo socioemocional y dificultades en las relaciones entre padres e hijos. Además, es muy fácil que termine en abuso y maltrato porque se ha comprobado que, en la mayoría de los casos, los adultos aplican mucha más fuerza de la que tenían prevista.

En el largo plazo:

El castigo físico tiene impactos en la salud mental con mayor probabilidad de depresión, ansiedad, conducta antisocial, agresión, baja comprensión y aprendizaje de la norma, consumo de alcohol y drogas y delincuencia. Y, en términos generales, es una práctica que perpetúa la violencia de pareja, la violencia intrafamiliar y social.

Adicionalmente, las niñas, niños y adolescentes castigados físicamente o con tratos humillantes pueden ser menos responsables y desarrollan menos conciencia moral porque piensan que con el castigo ya pagaron el daño que hicieron y no tienen que responsabilizarse, reparar o pensar en los demás. Esto conlleva problemas en su desarrollo moral, social y emocional.

 

Si tú sientes que te golpearon y que no te pasó nada, también se han encontrado otros síntomas silenciosos más sutiles causados por los golpes en la infancia o adolescencia. Algunas personas han encontrado dificultades para mantener relaciones interpersonales estables, resolver problemas de manera pacífica, problemas de autoestima y una gran dificultad para ser felices y tener bienestar. Más bien pregúntate: ¿cómo sería tu vida si te hubieran criado con más amor y compasión?

A mí me pegaron y sirvió. ¿Por qué dicen que los castigos físicos no sirven para educar?

El problema de los castigos es que SÍ sirven para PARAR una conducta difícil, pero no sirven para EDUCAR. Educar es una tarea para la vida, es el desarrollo de habilidades a largo plazo, es acompañar a nuestras niñas, niños y adolescentes durante su desarrollo para enseñarles cómo desenvolverse, ser autónomos, tener éxito, buenas relaciones y ser felices.

Si el castigo funcionara, las personas que golpean a sus hijas e hijos no tendrían que incrementar cada vez más los golpes para parar la conducta difícil (“ya ni le duele”), y definitivamente tiene efectos psicológicos y emocionales porque las niñas, niños y adolescentes van formando creencias sobre sí mismos y sobre los demás basadas en estas relaciones abusivas y desiguales que tuvieron durante toda su infancia y adolescencia.

La doctora Jane Nelsen, en su libro Disciplina Positiva, señala que los castigos tienen consecuencias inmediatas y directas en las creencias de las niñas, niños y adolescentes que se ven reflejadas en sus comportamientos y habla de las 4 R´s de los efectos del castigo en ellas y ellos:

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Resentimiento

Piensan: “Esto es injusto, no puedo confiar en los adultos”. Creencia: “no me quieren”.

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Revancha

“Ellos ganan ahora, pero ya verán más tarde”. Creencia: “me voy a desquitar”.

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Rebeldía

“Haré exactamente lo contrario para probar que no tengo que hacerlo a su manera”. Creencia: “no me pueden obligar”.

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Retraimiento

a) Cobardía. Piensan: “la próxima vez no me atraparán”. Creencia: “es mejor hacer las cosas a escondidas y mentir”.
b) Reducción de la autoestima. Piensan: “para qué me esfuerzo si no lo voy a hacer bien”. Creencia: “soy una mala persona”.

En consecuencia, la práctica del castigo conlleva creencias inadecuadas que terminan en fracturas en las relaciones entre madres, padres, cuidadores y niñas, niños y adolescentes, afectando la posibilidad de que los adultos puedan impactar de manera positiva y a largo plazo la vida de las niñas, niños y adolescentes, sin contar con los demás efectos negativos a nivel personal.

Yo lo golpeo para que aprenda. ¿Qué le estoy enseñando con el castigo físico?

Enseñar y golpear no es lo mismo. La educación comienza por ayudar al otro a entender los efectos de sus actos a través de la comprensión y la guía. Respetar y temer no es lo mismo. La buena conducta que viene por el castigo no es porque aprendió una nueva habilidad, sino porque aprendió a protegerse por miedo. Con los castigos solo se puede aprender a portarse bien, pero no se aprenden las habilidades y valores que queremos y necesitamos para tener una vida satisfactoria y realizada.

Adicional a todos los efectos personales y relacionales que conlleva el castigo físico, esta práctica también termina siendo aprendida como una forma válida de crianza para las futuras generaciones porque el ejemplo tiene un gran potencial replicador.

Con el castigo físico, además de aprender a temer a sus madres, padres y cuidadores, les enseñamos que:

Los golpes son una forma válida para relacionarse con los demás.

Está bien abusar de los demás.

Está bien que los demás abusen de mí.

Los problemas se resuelven a través de la fuerza y la violencia.

El respeto y la autoridad se consiguen con el poder y la dominancia, no por la cooperación y la conciliación.

Con prácticas de crianza violentas no debemos extrañarnos de que tengamos más de 10.000 niñas, niños y adolescentes maltratados cada año en Colombia, ni que tengamos los indicadores de violencia y asesinatos que vemos cada día en nuestras calles.

Lo que NO enseña el castigo y los mensajes que transmitimos al castigar

Luego de ver todo lo que aprenden las niñas, niños y adolescentes con las prácticas del castigo físico, vale la pena señalar las habilidades que NO enseña el castigo y que son fundamentales para tener éxito en la vida. Algunas de ellas son:

Habilidades de comunicación: “no puedes hablar porque estás equivocado”

Pensamiento crítico: “no puedes debatir porque yo tengo la razón”

Autoestima: “no vales y eres un error”

Desarrollo moral: “ya pagaste con el castigo y ya no necesitas reparar el daño”

Autorregulación: “cuando uno se siente mal, golpea a los otros”

Autonomía: “el adulto decide”

Habilidad para resolver los problemas: “Con los golpes se resuelven los problemas”

Recordemos que la vida familiar es como un campo de entrenamiento para desarrollar todas las habilidades que necesitarán las niñas, niños y adolescentes para tener éxito, bienestar, realización y felicidad en sus vidas. ¿Qué habilidades estamos entrenando y qué habilidades estamos dejando por fuera? Nuestras hijas e hijos van a replicar en el futuro lo que les estamos mostrando en el presente.