Lo he golpeado y ahora quiero educar sin castigar y sin perder autoridad. ¿Cómo lo hago?
Nunca es tarde para hacer un cambio en nuestro estilo de crianza. Si usted siente que le ha hecho daño a su hija o hijo y quiere cambiar, empiece por un momento de conexión y abra su corazón, dígale que no se siente bien por la madre, padre o cuidador en el que se ha convertido y que quiere hacerlo diferente. Pregúntele cómo se siente como hija o hijo y qué le gustaría cambiar. Luego usted le dice lo que le gustaría, sin culpar o reclamar. No condicione su conducta a la conducta de su hija o hijo: “es que si tú no hicieras____ yo no haría___”. Simplemente diga: “yo me siento___ y me gustaría___” y comience por hacer acuerdos y establecer reglas claras para todos de manera participativa. A partir de ahí empiece a usar estrategias de conexión y de disciplina positiva para manejar la conducta.
Es posible que al principio la conducta inadecuada de su hija o hijo se incremente porque no sabe cómo hacerlo diferente todavía y buscará su atención. El primer punto es estar convencido del paso que quiere dar y empezar a explorar nuevas posibilidades con la crianza amorosa y positiva.
Hacer cambios y crear nuevas formas de relación tomará tiempo, pues el cerebro crea hábitos automáticos y respuestas fijas con la repetición. Es probable que la relación entre usted y su hija o hijo ya tenga tiempo y una dinámica y la única forma de cambiarla es creando otra nueva que también se rija por la constancia, paciencia y repetición. No pueden desaparecer hábitos viejos, sino crear unos nuevos donde los viejos hábitos ya no funcionen.