¿Cómo manejar faltas graves y leves?

 

 

La definición de una falta grave o leve no debe depender de cuánto molestó al adulto, sino de cuánto perjudica a la niña o al niño esa conducta para su desarrollo, realización y felicidad en la vida (crianza pensada para ellas y ellos). Por esto, las conductas como pataletas pueden verse como algo leve, propio de la inmadurez en el control de los impulsos; mientras que temas de drogas suelen ser vistas como fallas graves, en la medida en que tienen un gran impacto para el futuro del adolescente. Esto es importante porque el abordaje siempre debe traer implícito el mensaje del amor y de nuestra preocupación por ellos, no de nuestra comodidad.

 

Algunos comportamientos retadores para los adultos pueden estar relacionados con momentos del desarrollo (pataletas, desafíos, negarse a dormir, a comer, etc.), con una falta de habilidades, con características del temperamento, entre otras, y esto debe manejarse con diferentes estrategias de disciplina positiva y de conexión. No podemos obligar a las niñas, niños y adolescentes a que se comporten como queremos, sino ser influenciadores y buscar su cooperación y comprensión de lo que es más conveniente para todos, especialmente para ellas y ellos.

Por otro lado, muchas de las fallas que se consideran “graves” se relacionan con problemas más profundos que pueden ser un reflejo de baja autoestima, problemas familiares o problemas en las relaciones entre madres, padres, cuidadores, niñas, niños y adolescentes, y su abordaje debe empezar por la restauración más que por la corrección. Detrás de conductas repetidas de atención, poder, venganza y aislamiento entre otras, hay un mensaje de auxilio de su parte que ya no sabe cómo ser importante y ser valorado por su grupo familiar. Esa desconexión trae dolor y las faltas deben ser vistas como la solución que encuentran las niñas, los niños y adolescentes para volver a sentirse importantes, aunque sea de forma equivocada. En todas las situaciones difíciles se necesita al adulto que comprende, guía y acompaña.

La crianza amorosa y positiva tiene diferentes estrategias para diferentes situaciones.
La decisión de cuál herramienta disciplinaria usar parte de entender el motivo que llevó a la niña, al niño o al adolescente a la conducta retadora. En general, para casi todas las conductas difíciles debemos seguir 5 pasos: controlarse, entender, actuar, solucionar y enseñar.